jueves, 28 de abril de 2011

Historia | La rebelión del espectáculo (Concurso de relatos Skyhook)

La web especializada Skyhook convocó un concurso de relatos con la colaboración de Fuikaomar.es el premio era una camiseta de los Denver Nuggets con el 15 de Carmelo Anthony en la espalda. Consistía en mandar un relato sobre la época de la NBA que más te guste o la que te parezca la mejor. Ni corto ni perezoso hice una pieza defendiendo los 80's por supuesto y lo mandé, el día que cumplía el plazo como debe de ser, a última hora.



Resulta que se les ha ocurrido votar a mi relato, artículo más bien, como el mejor de los participantes y por lo tanto ganador del torneo. Desde aquí me gustaría dar las gracias a Jorge Roche y todo su equipo por el premio y animarles a que sigan así currando y escribiendo apasionadamente sobre la NBA. A continuación os dejo el artículo que envié para el concurso


La rebelión del espectáculo

Todo el mundo recuerda su adolescencia. Es el momento en el que empezó a vivir de verdad, a descubrir nuevas cosas, a experimentar. Las personas mayores piensan de otra forma, tu quieres innovar..

Acartonada y en blanco y negro llegó la NBA a su adolescencia. Con demasiadas leyes escritas para que nada se saliese de lo estipulado desde el comisionado. Llegó con ganas de airear ese cierto olor a moho para darle luz y una nueva forma de hacer baloncesto. La liga ya no era una niña, ya no tenía que acatar reglas. Quería rebelarse.

A esta NBA más dinámica llegaron jugadores distintos. Complementos que permitían a al campeonato americano pavonearse delante del resto de ligas y ser conocido por el mundo entero. Nuestra amiga dio el salto a la fama recibiendo halagos y elogios de todo aquel lugar donde llegaba una retrasmisión o redifusión de uno de sus partidos. La llegada de jugadores como Magic Johnson, Larry Bird o Michael Jordan hacía que la NBA supiese que algo iba a cambiar desde el minuto cero.

El espectáculo llegó a la mejor liga del mundo. El baloncesto ya no era baloncesto, parecía otro deporte. Los pases no eran picados o por alto, eran por detrás de la espalda. Los ataques no eran estáticos. Los jugadores corrían el campo para terminar la jugada de la forma más vistosa posible. Ahora el lanzamiento exterior valía tres puntos y un rubio de Indiana lo ejecutaba a las mil maravillas. El aro estaba reforzado para que jugadores como Wilkins o Jordan no destrozaran el tablero en mil pedazos. Hasta la oscuridad más ruda se veía de otra forma con los Bad Boys de Detroit. Todo había cambiado de una forma u otra.

Todo menos la rivalidad entre Lakers y Celtics que se afianzó y se multiplicó exponencialmente con la llegada de las dos superestrellas de la liga. Los que cambiarían la NBA para siempre: Magic Johnson y Larry Bird.

Fueron finales de ensueño. Partidos para el demostrar cual era la mejor franquicia de la NBA. Enfrentamientos por orgullo, por derrotar al máximo rival. Rondas finales que paralizaban un país. Unos iban con el rubio de la camiseta verde, otro con el chico de la sonrisa del equipo de Los Angeles. Sin embargo, no termina aquí la película. Como en toda buena historia, y esta llegando a su fin, tiene que haber personajes secundarios de nivel. Los Sixers de Dr.J, los Pistons de Thomas, los Rockets de un jovencísimo, y maravilloso, Hakeem Olajuwon. Jugadores talentosos que capitaneaban equipos ahora ya históricos que bien podrían haber ganado un campeonato si no hubieran existido Magic y Bird. En todo rincón de Estados Unidos se disfrutaba del baloncesto y no solamente en Massachusetts y California. La NBA había alcanzado su máxima expresión.

Mucha culpa de lo que hoy vemos la tienen aquellos 80. La era de Jordan bebió de las tendencias de la década de la que hablo y al fin y al cabo todos los grandes jugadores actuales quisieron ser Magic o Bird, aunque todos quieran ser comparados con Jordan.

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