Crónica | Gasol y Bynum fueron los pararrayos

Había muchas dudas, muchísimas. El campeón no estaba teniendo el rendimiento esperado. Es más Bryant era un chupón, Phil Jackson no sabía cual era el problema, Westbrook era imparable y Ron Artest no estaba al nivel esperado.

Todas estas dudas se disiparon cuando el equipo angelino salío a mostrar lo que es. La mejor plantilla del campeonato. En el primer cuarto demostraron que lo que había ocurrido en partidos anteriores no volvería a pasar. Con un parcial de 10-0.


Tras un primer cuarto donde los titulares y el primer jugador que salía del banco rozaban la perfección, los agoreros esperaban esa caraja a la que nos tienen acostumbrados los californianos. Pero esto no sucedió. Phil Jackson había dado las consignas necesarias. A miles de kilómetros y con un océano de por medio me imagino que estas fueron: "Salgan ahí y demuestren quienes son", "quien se relaje ira al banquillo", "Sois los campeones".

El espiritu ganador de los de púrpura y oro se mostró desde el primer momento. Kobe Bryant era el encargado de parar la electricidad de Westbrook. Una sorpresa más de la libreta de Jackson. Artest era el encargado de desquiciar a la estrella de los Thunder. Defensa agresiva la de los Lakers, duros y concentrados.

En ataque eran los hombres interiores los que mandaban. Bynum dejando notar sus kilos en la pintura y Gasol con sus fundamentos baloncestisticos al servicio de su equipo. 25 puntos y 11 rebotes para el ala-pivot catalán. Partidazo.

En el tercer cuarto todo quedo listo para sentencia. Los Lakers ganaban por más de 30 puntos y pudieron dar descanso a los titulares y dar minutos en playoff a Morrison o Powell que intentaron aprovechar la oportunidad de demostrar que no son más que la corbata fea en el fondo del armario.

Puñetazo encima de la mesa de los actuales campeones para decir claro que ellos siguen siendo uno de los equipos más sólidos en la carrera por el anillo.


El show Jack Nicholson:







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